Gerrit Cole, a quienes los Yankees presentaron esta semana tras firmarlo por nueve años y US$324 millones--el contrato más grande de la historia del béisbol--se convirtió oficialmente en parte de la primera clase de abridores de las Grandes Ligas la temporada pasada con los Astros, uniéndose así a un quinteto que también conforman Justin Verlander, Max Scherzer, Stephen Strasburg y Jacob deGrom.
No se trata de los únicos cinco abridores de élite en el juego, sino de los mejores cinco ahora mismo. Y eso nos lleva a preguntarnos lo siguiente:
Si pudieras elegir a uno de ellos para ganar el Juego 7 de la Serie Mundial, ¿con quién te quedarías?
Empecemos con Cole, quien tiene más historia en octubre de la que muchos piensan. De por vida, posee marca de 6-4 en postemporada, con 2.60 de efectividad con los Piratas y Astros. En el 2019, cuando parecía que los Astros se iban a llevar su segunda Serie Mundial en tres años, estuvo inmenso ante los Rays en la SDLA (2-0, 0.57 de EFE) y los Yankees (siete innings en blanco).
Y en su última apertura por Houston – el Juego 5 de la Serie Mundial—ponchó a nueve en siete innings, permitiendo tres hits y una carrera para poner a los Astros arriba 3-2 con la serie camino al Minute Maid Park.
Hubo la posibilidad de verlo venir como relevista en el Juego 7, pero nunca recibió la llamada del manager A.J. Hinch. No pudo hacer lo que hicieron Chris Sale y David Price para los Medias Rojas, ni Madison Bumgarner para los Gigantes, por sólo citar tres casos recientes.
¿deGrom? Ha lanzado en una sola postemporada con los Mets hasta ahora, y lanzó mejor de lo que quizás recuerdan. Estuvo brillante ante los Dogers en dos aperturas de la SDLN (13 innings, dos carreras). Venció a los Cachorros en la SCLN durante la barrida que propinaron los Mets a los Cachorros. Y eso fue antes de convertirse en ganador del Premio Cy Young durante las últimas dos temporadas. Aunque los Reales le batearon en aquella Serie Mundial del 2015, en esas otras tres aperturas de postemporada, deGrom ponchó a 27 y permitió sólo cuatro carreras limpias.
Por supuesto, Verlander ha sido un caballo en octubre, incluso sin haber ganado jamás un juego en Serie Mundial. El momento definitorio lo protagonizó en el Juego 6 de la SCLA del 2017, con los Astros abajo tres juegos a dos y al borde de la eliminación. Ahí vieron los Yankees lo que es tener a un verdadero as en el otro lado de la loma, con Verlander tirando siete entradas en blanco con ocho ponches.
Finalmente, llegamos a los dos abridores que vienen de darles a los Nacionales el título de una de las más inolvidables Series Mundiales de la historia, debido a todos los juegos de vida o muerte que enfrentaron, empezando con el triunfo ante los Cerveceros en el Juego del Comodín de la Liga Nacional. Strasburg fue todo lo que pensamos iba a ser siendo un muchacho, e incluso más, convirtiéndose en el primer lanzador en la historia que deja foja de 5-0 en postemporada. Y cuando su equipo estaba al frente de la eliminación en el Juego 6 de la Serie Mundial, como visitante, el derecho lanzó hasta el noveno inning al realizar la apertura de su vida.
Pero el hombre que tomó la bola al día siguiente para el Juego 7, con el título en juego, es el que yo elegiría sobre el resto. Ése es Scherzer.
Sí, Scherzer tuvo récord de 3-0 comparado con 5-0 de Strasburg en la postemporada del 2019. Tuvo que ser retirado antes del Juego 5 por una serie de espasmos en los nervios del cuello y de la espalda. Y creo que Strasburg tuvo su mejor arsenal al tope más días que Scherzer en octubre.
Pero, para mí, la grandeza de Scherzer salió a flote cuando no estuvo en sus mejores días, cuando tuvo que fajarse estando detrás en la pizarra en el Juego del Comodín. Fue así también en el Juego 7 de la Serie Mundial, una noche en la que Zack Greinke fue el que estuvo más fino. Hasta que dejó de estarlo.
Houston tuvo a Scherzer contra las cuerdas una y otra vez en las primeras cinco entradas de dicho partido, en el que permitió siete hits y dio cuatro boletos en labor de 103 envíos. Pero no los Astros pudieron noquearlo. Esa noche Scherzer no sólo lanzó con su brazo. Cuando se trata de ases, se trata de algo más que el brazo, especialmente en momentos como ése. No puedes perder si le das la bola a uno de ellos. Los Yankees claramente declararon a quién quieren que tome la pelota cuando toda la temporada dependa de un juego. Yo igual se la daría a Max. ¿Y ustedes?
Fuente: Las Mayores
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