LeBron James llegó, vio y venció en Atlanta apenas unas horas después de haber aterrizado en Georgia procedente de Ohio, donde había ido para ver jugar a su hijo mayor. Una agenda frenética que, sin embargo, no impidió que el jugador de Akron rindiera al máximo y liderara la victoria de los Lakers ante los Hawks.
Ya en el vestuario, la prensa pregunto a James sobre la posibilidad de tomarse un respiro y descansar como hacen otras superestrellas de la liga (el famoso 'load management' o gestión de carga) para llegar en las mejores condiciones físicas posibles a los playoffs.
"¿Por qué no voy a jugar si estoy sano? No tiene ningún sentido para mi. No sé cuántos partidos me quedan en mi carrera. No sé cuántos niños de los que pueden venir a un partido vienen para verme jugar", aseguraba el alero, que mandaba un recado al resto de jugadores de la NBA.
La NBA decidió entrar de lleno en la polémica generada en torno a los descansos de sus jugadores más importantes, sobre todo en la disputa de partidos que son televisados a nivel nacional. La liga ha prohibido que las franquicias justifiquen las ausencias de sus jugadores con la 'gestión de carga', ya que eso se entenderá como infringir la política de descansos de la liga. Como castigo, tanto los equipos como los jugadores estarían expuestos a multas muy elevadas.
Fuente: Marca.com
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