Los Warriors controlaban aparentemente el partido. De repente los Bulls comenzaron a remontar y apareció la versión más fiera de Steve Kerr, un técnico famoso por su talento en los banquillo... y por sus frecuentes ataques de ira.
En esta ocasión, Kerr rompió una pizarra contra el suelo con tan mala suerte que uno de los trozos le hizo un pequeño corte en la mano por el que sangró. De hecho, el técnico acudió a la rueda de prensa tras el partido con una venda en la mano. Allí tranquilizó a todos: "Estoy bien, no he necesitado puntos", y bromeó, "suelo romper un par de estas todas las temporadas".
De hecho no es la primera vez que lo hace, ya el año pasado tuvo un gesto similar y acabó, enfurecido, siendo expulsado del partido entre los Warriors y los Trail Blazers.
El incidente parece que se produjo en el último cuarto, tras un 0-6 de parcial de Chicago y durante un tiempo muerto. Así quedó la pizarra:
Tras la rotura, Kerr, sangrando, siguió dando instrucciones sin ser atendido. El jugador de los Warriores Omari Spellman dijo: "Estaba alucinando, Había sangre y él seguía dibujando una jugada en un trozo de pizarra. Como si no hubiera pasado nada".
La reacción de Kerr sentó bien a sus jugadores: "Me encanta", decía el rookie Eric Paschall. "Es un gran entrenador con una enorme pasión que siempre quiere ganar. Creo que respondimos correctamente a lo que nos pedía". De hecho, los Warriors se llevaron el triunfo.
Fuente: Marca.com
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