El 21 de noviembre de 2018 la vida era muy diferente para Gregg Popovich y Steve Kerr, dos de los técnicos más prestigiosos de la NBA. Los Warriors seguían siendo el principal favorito para hacerse con el anillo de la NBA y los Spurs, sin tanta pompa como en temporadas, demostraban su solvencia como uno de los equipos más regulares de la NBA y que se encaminaba a una presencia en los 'playoffs' con el veterano técnico como principal baluarte.
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Hoy, 365 días más tarde, todo ha cambiado en el panorama de dos técnicos que trascendieron la cancha por sus comentarios políticos y cuyas opiniones son tomadas como poco menos que mantras vitales.
Todo comenzó a cambiar el pasado mes de junio. En el caso de Popovich cerró la temporada con nota tras meter a los tejanos en 'playoffs', aunque no pudo pasar de primera ronda cayendo ante los Denver Nuggets. Después llegó un verano en el que los Spurs no pudieron hacerse con ningún agente libre de renombre, a pesar de las expectativas con las que partían antes del mercado de agentes libres.
Peor fueron las cosas para Kerr y los Warriors. El equipo californiano se estrellaba en las Finales de la NBA ante los Toronto Raptors y ante una maldición en forma de plaga de lesiones (comenzó con Durant y Klay Thompson en las Finales) que les persigue hasta hoy. Para colmo, la suerte tampoco acompañó desde las oficinas cuando perdieron a Kevin Durant, que pr
efirió construir su propia dinastía en Brooklyn antes que seguir ganando con los Warriors.
EL MUNDIAL COMO NEXO COMÚN
Tras el batacazo de la agencia libre, los dos entrenadores se encontraron en Las Vegas para coger las riendas de la selección estadounidense de cara al Mundial de China. Una concentración en la que ante la larga lista de ausencias, Kerr y Popovich fueron considerados como las verdaderas estrellas de un equipo que terminó en séptima posición del campeonato, firmando la peor actuación en la historia del combinado de las barras y estrellas.
Kerr volvió de China y se puso a los mandos de los Warrios con las expectativas centradas en mantener al equipo lo más alto posible mientras esperaba la vuelta de Klay Thompson. Pero el técnico nacido en Beirut no contaba con las lesiones de Stephen Curry, Draymond Green y D'Angelo Russell (su fichaje estrella para esta campaña) y la falta de química en la cancha de un equipo que hoy firma el peor balance de toda la NBA.
Tres victorias y 13 derrotas para un equipo que hace apenas cuatro años firmaba la mejor temporada de la historia de la NBA con 73 triunfos y apenas nueve partidos perdidos. Hoy los Warriors intentan dar la cara y mejorar la imagen dada en el choque ante los Mavericks, cuando cosecharon la peor derrota (142-94) en los últimos 46 años. "Ni siquiera vamos a ver el vídeo del partido. Tenemos que tirar este encuentro por el retrete", aseguraba Kerr tras la derrota.
Las cosas no le van mucho mejor a su adorado Popovich. El técnico de Indiana no consigue que los Spurs levanten cabeza y su balance (5-10) no invita a pensar en ver a los tejanos en las eliminatorias por el anillo por 22ª temporada consecutiva. La franquicia de San Antonio, segundo peor equipo del Oeste sólo por detrás de los Warriors, suma siete derrotas seguidas y firma el peor inicio de temporada del equipo desde 1996, justo cuando Pops tomó las riendas de unos Spurs que se convirtieron en leyenda.
Fuente: Marca.con
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